Por fin, según el cable, la semana pasada la Tortuga llegó a la meta.
En rueda de prensa declaró modestamente que siempre temió perder, pues su contrincante le pisó todo el tiempo los talones.
En efecto, una diezmiltrillonésima de segundo después, como una flecha y maldiciendo a Zenón de Elea, llegó Aquiles.
La tela de Penélope o quién engaña a quién
Hace muchos años, vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de
ser bastante sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y
singularmente dotada cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer,
costumbre gracias a la cual pudo pasar sola largas temporadas.
Dice la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba
que a pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno
de sus interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a
hurtadillas sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a
recorrer el mundo y a buscarse a sí mismo.
De esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus
pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que
Ulises viajaba mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que,
como se sabe, a veces dormía y no se daba cuenta de nada.
Augusto Monterroso